martes, 30 de abril de 2013

Hardvard y Fenway Park

Ya estoy aquí otra vez. Para todas esas fanes que me piden "veladamente"  más frecuencia en las entradas, pido disculpas, pero ya me cuesta bastante escribir estas cuatro líneas, no me da la prosa para escribir todos los día. Lo siento, tengo mis limitaciones a la hora de escribir. Aunque no pueda cumplir vuestras espectativas gracias por seguir el blog, se sienta la casa más cerca, son las cosas buenas de las moderneces, aunque algunas uséis el blog para hablar entre vosotras, eso también ayuda a sentirse más cerca.

Los famosos turkeys haciendo uso del mobiliario urbano.


Un bonito día en el Charles River
Ayer tocó visita a Harvard, que está en Cambridge, parece de coña eh? Con lo de la semana pasada supongo que todos lo ubicáis. Campana a las 7h30, que broma es esta, no era fin de semana? Al menos entra un sol de espanto por la ventana, ya está aquí la primavera. Bajo a desayunar al buffet del hotel, ya debería estar Sergio allí. Va a ser que no así que me pongo a devorar fritanga. A todo esto el mejicano sin aparecer y a las 8h se va el bus que nos lleva a la estación de tren. Subo a la habitación y le llamo por teléfono  ring ring... ¿Qué onda? jejej ahí está el tío  A las 8h10 se va el bus así que date vida. A las 8 y cuarto ya no había bus, ya me parecía a mi que hoy pillábamos taxi. Tren a Boston y de allí coger el metro ("T" le llaman aquí, debe ser bastante famoso) hasta Harvard. El campus está en el medio del pueblo, es bonito y amplio, pero tampoco le daba ningún premio. Mucho césped y edificios de estilo británico, ya sabéis que Harvard está considerada por mucha gente como una de las mejores universidades del mundo, sino la  mejor. Supongo que sobre eso habría mucho que hablar, pero no estamos aquí para eso. Lo que si debe ser verdad absoluta es que estudiar aquí cuesta un ojo de la cara y parte del otro. . Forma parte de la Ivy League, que en español se traduce como la Liga de la Hiedra, que conforman 8 universidades privadas del noreste de eeuu, todas ellas conocidas por excelencia académica, antigüedad y elitismo. Lo que si me llamó la atención es lo de la antigüedad  Harvard, que es la más antigua de todo eeuu fue fundada en 1636, apenas 16 años después de que llegaran a Plysmouth los primeros colonos ingleses en el famoso Mayflower. O sea que llegaron y en vez de conquistar y saquear el territorio se pusieron a estudiar. Que jodios estos ingleses.  La biblioteca sí que llama la atención, de estilo neoclásico, recuerda al Partenón. El caso es que veíamos mucha gente y mucho movimiento, el día era bueno pero no justificaba tanto mogollón así que fuimos a buscar el meollo.
Estos trastos son vehículos anfibio de origen militar que ahora pasean turistas entre el río y las avenidas de Boston. 

Harvard Library, ahí lo que apetece es estudiar.

Resulta que Harvard celebraba el festival de artes finas (música, pintura, poesía .... no me preguntéis que entienden por arte grueso), así que nos apuntamos, como los jubilaos. Conciertos gratis y calimocho (esto último me lo inventé, pero a cambio nos dieron una camiseta). Nos quedamos al concierto de la orquesta de la uni, que como curiosidad no tiene director. Lo hicieron genial, así que reforcé mi idea acerca de la dudosa utilidad del braceo del director. Hubo también una actuación (performance se dice ahora) para recibir a la orquesta muy de estilo americano, como en las películas. Después fuimos a visitar el museo de ciencias naturales de Harvard (vais a llamarme friki porque voy mucho al museo pero ya llegará el momento de playa) que también estaba muy bien, es visita obligada. Tienen un bicho de cada parte del mundo disecado, pero a parte de eso los paneles explicativos están muy interesantes. Tenían el esqueleto de una ballena, pero eso no me sorprendió porque ya había visto una en el museo marítimo de Santander de pequeño en una excursión del colegio. Lo que sí me llamó la

Este tío me suena pero no caigo, seguro que alguno sabéis quien es.
atención fueron los huesos de dinosaurio, que lo petan bastante más que las huellas de Tereñes la verdad. Entre murciélagos y escarabajos nos dió la hora de comer. Sergio había quedado a comer con un compañero de su uni que hace su doctorado en Harvard, Vicente se llama, un chaval majete. Nos llevó a un tailandés no muy lejos del campus. No estaba nada mal, bastante acogedor aunque por debajo del nivel de la acera, que siempre me dió cosica. Lo que yo comí creo recordar que se llamaba Phan Thai o algo así, pasta de arroz en forma de tallarín, con gambas y pollo a la plancha y especias. Mi estomago agradeció que no fuese picante, ya está al borde de la saturación. A estos mejicanos les gusta mucho la comida oriental, yo discrepo pero salir un tiempo del chorizo con patatas no me vendrá mal. Calculadora para la propina (no incluyen el servicio en nigún restaurante y hay que dejar propina) y arrancando, aún nos quedaba medio museo para ver antes de las 17h. Aún nos dió tiempo para pillar unos vasos de té helado con bolas de tapioca (no sabía que es la harina de la yuca, la yuca es un fruto tropical que se caracteriza por parecerse a una rama de un árbol, aunque supongo que todos lo sabéis , que me resultó curioso, aunque tuve que dosificarlas, demasiado exótico para mi.
Harvard Natural History Museum
Con la llama que llama

Baseball infantil. A las 9 de la mañana los parques de la ciudad tienen una actividad frenética.

Ya en el museo me fuí a ver la sección de antropología, a ver si encontraba algún indio mohicano que es una de las razones por las que estoy aquí. Mucho maya y mucho habitante del pacífico hasta que encontré a Toro Sentado. Me emocione tanto que tuvo que venir el guardia de seguridad a sacarme porque eran ya las cinco y media y me habían encerrado dentro.
Longfellow Bridge sobre el río Charles, también conocido como Salt&Pepper Bridge por la forma de las torres

Para completar el día, y como Sergio se irá en breve, fuimos al béisbol  Lo del béisbol aquí es una especie de religión, todos son fanes de los Red Sox (Calcetines Rojos, el equipo de Boston) y van al partido los sábados por la tarde en manada, pero luego nadie atiende al campo porque es un juego lentísimo y muy largo. Tardan un siglo en darle a la pelota, es increíble. A lo que voy, cogimos el metro y la línea verde hasta Fenway Park, el famoso estadio de los Red Sox, el más antiguo de las Grandes Ligas. Seguimos la riada de sudaderas rojas hasta el estadio. Ya olía a ambientazo de partido, reventa, programa del día y gaitas, yo como en casa xD. Pillamos las entradas más baratas porque no nos íbamos a enterar de nada igualmente, veníamos a animar, así que nos dieron unas entradas en el quinto pino. Aún así yo tenía la esperanza de que una bola de home-run me diera en la cabeza y me pudiera llevar un recuerdo a España, pero no hubo suerte. De todas maneras mereció la pena, había un gran ambiente, hicimos olas y todo el copón, los bostonianos son medio irlandeses y cuando les das una cerveza les sale el espíritu de sus ancestros. Y eso que lo que es el deporte en sí es más bien aburrido, demasiado lento, batean una bola de cada diez. A las tres horas de partido tuvimos que abandanor la función porque no cogíamos el último tren de vuelta a Lowell. Lo pasamos bien, intentaré ir también al baloncesto y al hockey.
Fenway Park, en realidad no estabamos aquí, esta foto la sacamos al irnos...

... estábamos aquí

Hinchas de los Red Sox

Por cierto, la solución al enigma de la boca de incendios la resolvió temprano la experta en fuegos. Le ponen esa varilla para poder localizarla cuando hay nieve acumulada en la cuneta. Lo que no sé es porque quieren localizar una boca de agua en medio de una nevada, a eso ya no llego. Un abrazo transatlántico.

viernes, 26 de abril de 2013

The Quiz Show


Para hacer esto un poco más entretenido voy a copiar a Jordi Hurtado con la parte por el todo y voy a intentar subir de vez en cuando alguna foto de algo que me haya llamado la atención para que me digáis qué creéis que es. Al final del concurso el ganador se llevará un pequeño obsequio de USA ;). Para empezar una fácil, por qué esta boca de incendios tiene una "antena"? (A mi me lo tuvieron que decir). La respuesta en la página 8 xD.

miércoles, 24 de abril de 2013

Lowell cotton mills

Bueno, para ser honesto esta entrada debería llamarse Boston (II), pero como perdí el tren de las 11am tuve que cambiarle el nombre. Ahora que ya me voy situando un poco mejor puedo contar alguna cosa de lo que me rodea habitualmente. El hotel está situado al pie de la estatal 3, entre los pueblos de North Chelmsford, Chelmsford y la ciudad de Lowell. Como ya dije varias veces, el límite de las parroquias en este país es muy difuso, ya que las casas se construyen muy dispersas. En cualquier caso todo ello se encuentra al norte del condado de Middlesex, en el centro del estado de Massachussets. Muy cerca de aquí pasa el río Merrimack, que con 188km es un señor río. Nace en la confluencia de dos ríos en el estado que limita al norte, New Hampshire desembocando en el océano Atlántico en Newburyport, Massachussets, al este de aquí, y es navegable, como la web. Todo el territorio que conocí hasta ahora es llano y forestal, roble y pino fundamentalmente, aunque sobre esto me tengo que informar mejor porque soy un poco zoquete en temas arbolísticos.

Al centro de Lowell se puede ir andando, se tarda unos 50 minutos y para que os hagáis una idea el camino es como pasear en bucle por la calle de los Simpson. También puedes coger el bus y hacerlo en 10 minutos, pero tiene unos horarios un poco limitados, por ejemplo el ultimo es a eso de las 18h. También hay un paseo que va por al lado del río pero da más vuelta así que si no vas a pasear exclusivamente no es buena opción. Los lowellianos aprovecharon que el Merrimack pasaba al lado para construir una serie de canales que forman el esqueleto de la ciudad con el fin de dar servicio (motores de vapor) a las antiguas fabricas textiles (mills) que desde comienzos del siglo XIX hasta mediados del XX fueron el motor económico de la región, dando quiebra a mediados del siglo pasdo con el traslado de las fábricas a países más baratos. En un breve paseo por la ciudad puedes encontrar varias de estas fábricas, algunas de ellas convertidas en museos por el  National Historical Park (una especie de institución estatal que se encarga de proteger, preservar, y explotar turísticamente tanto espacios naturales como lugares históricos y costumbres sociales antiguas) como la Boot Cotton Mills, que es la que yo visité. La verdad es que el volumen de las fábricas da idea de qué tuvo que ser un lugar que generaba mucho dinero con la manufactura textil, no en vano es considerado uno de los máximos exponentes de la Revolución Industrial en américa. El museo está genial, y como buen museo, prácticamente sin afluencia. La gente del National Historic Park es muy agradable y se esfuerzan en que la visita sea del agrado.
Las fábricas abandonadas de dan un aspecto de depresión a la ciudad.
Empiezas en un patio de arena rodeado de edificios larguísimos de unas 5 plantas de ladrillo visto, con ventanales muy grandes, con aspecto de película de fabricas. entrando en uno de los edificios está el museo. La planta baja conserva las máquinas de tejer, calculé unas 200 que las tienen funcionando para que el espectador aprecie el sonido infernal de la lanzadera y los tacos de madera golpeando violentamente entre sí accionados por un volante que es movido a través de una cinta por un eje que atraviesa la sala por el techo longitudinalmente para transmitir a las maquinas el movimiento del motor central. Ahora podéis respirar.


Millyard en la actualidad
Ofrecen tapones para los oídos a la entrada. Hay restos de algodón volando para dar más sensación de autenticidad y todo ello lo riegan con agua pulverizada, como hacían antaño para poder trabajar el algodón con más facilidad. Es una sala encantadora. Antaño había una mujer encargada de cada máquina, y su trabajo no era coser sino arreglar la máquina, que parece que se trababan bastante a menudo, así en turnos de hasta 12 horas en los mejores momentos de la fábrica. La distribución de las máquinas simula una línea temporal, de manera que las últimas son las más modernas. Es interesante ver la evolución y el ingenio en el diseño de las tejedoras más modernas, que permitían cambiar el patrón de tejido. En la planta de arriba hay paneles explicativos de del proceso de producción de prendas de algodón que hacen coincidir con el desarrollo de la industria en la ciudad. Ademas de los paneles hay maquetas do it youself que te permiten practicar para comprender bien el concepto. He de reconocer que me costo un buen rato adivinar como demonios hacían las maquinas para tejer, menos mal que no había nadie. Aprendí muchas cosas acerca de los tejidos que en mi ignorancia asociaba a cosas erróneas  fundamentalmente porque pensaba que algunas técnicas de costura eran materiales (no voy a dar mas datos para que no os escojoneis de mi) y eso tiene una gran influencia en el tacto, la dureza y el aislamiento térmico de la prenda, pero sobretodo aprendí  que como casi todo, hacer ropa es una gran ciencia que merece mucho estudio, y eso que yo nunca le había prestado la mas mínima atención. Fue una gran visita, lo recomiendo por si alguno se deja caer por aquí. Al final estuve tejiendo unas cuatro horas, salí de allí a las 5 de la tarde, justo para ir a los toros.
Los horarios de la fábrica en 1868
Una de las máquinas de tejer, parece ser que eran bastante peligrosas y a menudo  producían amputaciones

El lunes por la noche fuimos a cenar al grill de la otra vez que nos había gustado, porque es lo mas tipo taberna que encontramos, todo lo demás es de coger cubertería de plástico  recoger la ración en la barra, y tirarlo todo a la basura al acabar. Puedes tirar incluso la ración  Nos vinimos arriba un poco y pedimos un par de hamburguesas y unos nachos con queso . La hamburguesa es su especialidad y te preguntan como de hecha quieres la carne. De eso me entere después porque cuando me pregunto a mi do you want pink? (quieres rosa?) yo asocie rosa con cerdo, lo ultimo que me esperaba es que me fuera a preguntar como de hecha quería la carne de la hamburguesa. Cuando trajeron la ración de nachos casi caigo de culo. Tuvimos que dejar la mitad. Lo regamos todo con un par de cerveza, así que acabamos haciendo un irish que es como le dicen aquí a quedarse medio dormido en la mesa de fartura que llevas.
De uno en uno las puertas les tragan.
Oficiales, artesanos, cepilladores,
Recaderos, empleados y operarios.
Todos, todos son entregados a la fábrica devoradora de hombres,
Algunos son brillantes como el amanecer,
Otros pesados como la noche,
Pero las puertas se cierran indiscriminadamente,
Igual para todos,
Y son uno con el trueno de la lanzadera,
Uno con el girar del ovillo,
El polvo fibroso,
Uno con el vapor del colorante, con el hedor de la cuba;
Uno con el fruto del trabajo, los honores del comercio.
Uno con la fábrica.
PD.: Hoy hubo un eclipse parcial de luna. Aquí nos lo perdimos porque era a las 10pm hora española, espero que vosotros lo hayáis disfrutado ;)

viernes, 19 de abril de 2013

Dead in the lane of duty

Dead in the lane of duty. Una frase importante aquí, en los poco más de quince días que llevo aquí la he leído o escuchado unas cuantas veces. La última vez se la escuché a Obama hace unas horas, a propósito del polícia del MIT muerto en los tiroteos de ayer.



Llevamos una semana en estado de sitio, eso dicen en las noticias, aunque aquí en el campo no lo notamos, la vida sigue su tranquilo ritmo habitual. Parece que se ha cerrado una parte de la historia de los atentados de la maratón de Boston. Los medios de comunicación han dedicado 24 horas al día a intentar proporcionar nueva información acerca del caso, hasta que esta noche, cenando en un grill-bar (típico bar americano, costillas, hamburguesas y cerveza light, para que luego digáis que no me introduzco en la cultura local) cerquita del hotel nos enteramos de que habían cogido al sospechoso que quedaba vivo. Me alegro de que le hayan cogido vivo la verdad. Ahora que parece ser evidente que son culpables, veo la cara de niño del chaval y no puedo dejar de preguntarme qué lleva a una persona tan joven a cometer semejante atrocidad sin justificación, si es que matar tiene justificación en algún caso. También me pregunto que sintió durante todo este tiempo que estuvo huido, supongo que ante todo, miedo. Pero lo que quería compartir con vosotros es la imagen en la televisión, que están repitiendo hasta la saciedad, una vez detenido el sospechoso, la gente en la calle festejando, felicitándose unos a otros, y aplaudiendo y vitoreando a los coches de policía, como auténticas estrellas, según abandonaban el lugar donde había tenido lugar la detención, la famosa bandera de estrellas y barras, grande y orgullosa, ondeando en lo alto al grito de yueseí. Me viene a la mente la imagen de los iraquíes celebrando la muerte de Sadam Hussein, tiros al aire incluidos, o de los indios mapuches celebrando la captura de un soldado del séptimo de caballería en una peli del oeste. Pienso en lo integristas que son, con su patriotismo y todo eso, pero también me viene inevitablemente a la cabeza la imagen de miles de españoles saliendo a la calle todos vestidos uniformemente de rojo euforia a celebrar el último triunfo de la selección de fútbol, servidor incluido, como si no hubiera mañana, mientras el país se hunde en la miseria. No sé que pensar la verdad. Quizás no están tan majaras como parece, al fin y al cabo son una nación con la tercera mayor población del planeta, por detrás de China e India y por encima de Indonesia y Pakistán, con el mayor PIB mundial junto con la Unión Europea, y el tercer mayor índice de desarrollo humano, por detrás sólo de Noruega y Australia, y aparentemente democrática, al menos no menos democrática de lo que yo conozco.

 Hoy Chester Ruszczyk, uno de los trabajadores de Haystack que se había enterado que me gusta estar en forma, me sacó a correr por los alrededores del observatorio a la hora de comer. Él es un tío muy deportista, cuando hace bueno viene en bici al observatorio, y un par de veces por semana sale a correr durante la hora de comer. Haystack está en una colina en medio de un bosque de robles (oak le dicen aquí) y pino enorme, lo de las hectáreas no lo manejo, pero por lo menos unas mil veces el llanu del cura. Hay pequeños senderos cubiertos de hoja caída hechos por los boy-scouts que recorren el bosque. A un lado y otro árboles altísimos, y de vez en cuando un pequeño pantano. Está muy chulo la verdad fue un rato muy agradable. Cuando salimos del bosque llegamos a una carretera, alrededor de la cual había dispersas unas cuantas casas de madera, cada una con su jardín perfectamente afeitado, y en medio un lago con embarcadero, donde había unos críos tratando de pescar. Le conté a Chester lo sorprendido que estaba Sergio (el chico mejicano) al llegar aquí porque las casas no tenían verjas alrededor. "No mames, no ponen ni unas rejas estos pendejos" decía. Chester se limitó a sonreir levemente. Según Volvimos al observatorio por una reserva natural, donde pude ver presas hechas por castores (beaver, el castor no la presa). Incluso tuvimos la suerte de ver como un halcón se merendaba una culebra de la que llegábamos a la puerta del observatorio Al pájaro en cuestión lo llaman red-tailed hawk (halcón de cola roja). Es este de la foto.

 Me enteré hoy, no tienen guardas forestales en las reservas naturales de la zona porque a nadie se le ocurre cazar furtivamente.


Sigo viendo las noticias. La multitud que se abraza en las calles de Boston para a las motos de la policía para darle la mano a los agentes, alguno les pide una foto, e incluso un chavalillo le da una palmada en la espalda a un motorista. Trato de imaginarme esa situación con la guardia civil.... pero no lo consigo.

Algún día os contaré por qué se llama Haystack, que significa  pajar.

miércoles, 17 de abril de 2013

Boston (I)


Este fin de semana fuí a Boston. Pensaba haber escrito ayer porque la verdad que tengo muchas cosas que contar pero con el tema de los atentados no tenía mucha moral de ponerme a escribir. Aquí la tele está 24h con el tema, y claro, como no hay noticias nuevas se dedican a contar amputaciones y a acosar a las familias para que lloren delante de las cámaras. Así que hoy he decidido no encenderla.

Como decía el sábado fuimos Sergio y yo a Boston. Fuimos en tren que es la forma más rápida (~30min) en hacer las 30 millas que separan Lowell de Boston. Por 9$ te deja en el centro. (aquí le llaman Downton). No me pareció muy barato pero tampoco un atraco, además si sacabas la vuelta te descontaban 50 centavos. Pensábamos sacar sólo ida porque la idea era quedarnos a dormir pero el revisor nos dijo que más barato era sacar un return-ticket (ida y vuelta) así que nosotros yes yes y dame dos return. Se nos quedó cara de gilipoyas cuando el tío nos dijo que eran 17,50 cada uno.  Ya sé lo que estáis pensando, pero no se puede volver atrás en el tiempo, al menos de momento.

Boston es una de las ciudades más antiguas de los EEUU. Edificios como este hay varios repartidos por la ciudad.












El tren te deja en la North Station, que es el hogar de los Boston Bruins y de los Celtics, el TDGarden. A estos últimos ya les conocéis  los primeros son el equipo de hockey hielo de la ciudad. Creo que bruin es un tipo de oso pardo que se da mucho por aquí. Tengo que decir que no es mas impresionante que el polideportivo de Cangues. Salimos de la estación y como si vinieramos del pasado. Rascacielos, coches por todos lados y carteles de publicidad enormes, no hacíamos más que dar vueltas mirando pa arriba. Don Quijote y Sancho Panza en América. Ya hemos llegao. Y ahora qué? Pa dónde vamos?

USS Constitution

Habíamos leído en Internet que hay un recorrido marcado con una línea roja en el suelo que te lleva por los monumentos históricos de la ciudad, y como no sabíamos donde estaba la oficina de turismo si es que había, (así somos)  pues nos venía al pelo. Así que después de dar unas cuantas vueltas y consultar los mapas que hay en alguna esquinas dimos con la famosa ruta roja. Lo llaman "Freedom Trail", y está de lujo. Le llaman así porque como ya dije va por los sitios históricos de Boston, y claro, aquí lo más histórico que tienen es la independencia de Gran Bretaña, así que Freedom, franjas blanquirojas y estrellas, es lo que más les gusta, junto con los donuts y la soda. La ruta la verdad que no tiene desperdicio, nosotros empezamos en la parte norte, con la visita a Charlestown, el segundo astillero militar más viejo de USA (en el cartel pone uno de los dos primeros, esto es mi interpretación). Mola bastante, en él se enuentra el USS Constitution el barco de guerra más viejo a flote (el más viejo es el HMS Victory en el que murió Horatio Nelson en Trafalgar, pero está en dique seco en Portsmouth. De hecho hay un pique bastante serio con este tema, los britanicos dicen que el Constitution ye una fragata no un navío de línea como el Victory que pega osties más grandes y los yanquis que el Victory no flota, como Cangues y Arriondes vamos) creo que se me fue la pinza, lo que
quería decir es que el sitio está muy chulo, tienen un par de barcos, el Constitution esti y un destructor de la II Guerra Mundial que está en grada. Tienen un museo marítimo bastante grande y enseñan cosas guays, por ejemplo como funciona el dique seco (yo no sabía que la compuerta era una movida como un flotador al que le dejaban entrar agua pa que hundiera y cerrase el dique) Ye muy interesante. Siguiendo la línea roja pasas por Bunker Hill, que es una colina donde se libró una de las primeras batallas entre milicias de colonos y el
Obelisco homenaje en Bunker Hill
ejército británico. En conmemoración pusieron el pirulo este de la foto, al que puedes subir (hay 300 escalones) y disfrutar de unas vistas muy guapas de Boston. También aprovecharon pa poner un museo de la independencia pero ahí ya no entramos. No esperéis monumentos de otra cosa que no sea la independencia americana porque esto es Boston y aquí eso es como el flamenco en Cádiz. La zona esta de Bunker Hill, está al norte del
El destructor en dique seco. Sorprende la "hidrodinámica"
Downtown, al otro lado de la ría de Boston y es un barrio residencial con apariencia de bastante lujoso. No verás McDonalds por allí. Aprovechamos la vuelta al Dowtown para comer en una pizzeria que llevaba una gente joven muy amable, en el North End. Como eran las 5pm compartimos la comida con la gente que cenaba. Desde allí continuamos por el Freedom Trail que nos llevó por Little Italy (el barrio italiano, básicamente una calle llena de negocios de estilo italiano y que es una de las zonas de más ambiente de la ciudad, y por donde te encuentras cada 2 pasos con una limusina) y por el Financial Dristict  que es donde están los rascacielos, para, tras pasar por Quincy Market que es un edificio rectangular que atraviesas por el lado largo y que por dentro está lleno de puestos de comida de todas las nacionalidades (hay más países que en las olimpiadas, creo haber visto un puesto de comida de Santo Tomé y Príncipe) y por la zona de pubs que también tiene mucho lío, llegas a Boston Common, un parque tipo San  Francisco en Oviedo con lagos y patos y todo el copón. Está muy chulo, hay unas vistas muy buenas del Financial District. y en una de las equinas está el Massachussets State House, sede del gobierno estatal. Habiendo comido a las 5 de la tarde no ibamos a cenar así que tomamos un café en el starburck (o como se diga) más cercano, porque esa es otra, aquí encontrar un café de los de toda la vida, de esos de sentarse alrededor de una mesa de mármol grasienta con la carta de pinchos y los restos de aceitunas del anterior olvídate  aquí todo es de coger y llevar, usar y tirar, es la filosofía americana. Comen en la calle, con prisa, no sé muy bien para qué porque todo lo hacen con prisa. Ya de noche visitamos el chinatown, a mi me resultó curioso, nunca había estado en ninguno, y de allí nos fuimos a coger el tren a eso de las 12 de la noche de vuelta a Lowell.
Little Italy

Financial District


Como el día anterior habíamos caminado tropecientas millas, el Domingo lo tomamos de relax, así que yo lo dediqué a estudiar algunas cosas y aproveché la tarde para estirar las piernas por la ruta del colesterol. Nos volvimos a juntar para cenar, y decidimos probar un restaurante de comida vietnamita que hay no muy lejos del hotel. Pedir algo en estos sitios sabiendo lo que haces puede tomarte unos 20 minutos y unos cuantas consultas a la wikipedia, como mínimo. Nosotros pedimos por sorteo. Yo no tuve suerte y me tocó un plato triangular enorme lleno de setas pequeñitas de esas típicas que hay en el arroz 3 delicias, alguna gamba a la plancha, algunas verduras, y un bol de arroz blanco enorme. De herramienta me dieron un par de palillos. Tarea titánica, pero no voy a pedir tenedor, vamos hasta el final. Tiré de mis años en la Universidad y conseguí copiar la técnica del tío de la mesa de al lado, así que pasé la prueba ajustao. Me recordó un montón a una vez que de pequeño me emperré en ir a un restaurante chino que habían abierto en Llanes a comer arroz. Me debí poner tan pesado con el arroz que cuando lo trajeron y ví que era un bol enorme de arroz blanco sin más me lo tuve que comer entero, después de aquello tardé en volver a ir al baño. Aún así la experiencia fue positiva, repetiremos otro día a ver si esta vez hay más suerte.

Por cierto, lo del restaurante vietnamita me recordó a un monologo de Leo Harlem sobre los restaurantes modernos que me hizo bastante gracia. Dejo aquí el enlace por si alguno que tenga tiempo y ganas lo quiere ver. http://www.youtube.com/watch?v=FFvNd1l55K8

miércoles, 10 de abril de 2013

One week

Uan guik jier mai friend... Me dijo hoy Ken nada más verme. Ken es el conductor de la furgoneta que nos lleva a trabajar, ya sé cómo se llama. Es un señor agradable, a pesar de que de vez en cuando baja la ventanilla para lanzar unas flemas descomunales que Sergio, que se sienta justo detrás ve pasar peligrosamente a su lado, habitualmente al otro lado de la ventana. Ya empezamos a entendernos, debe ser que él cada vez habla más español y yo más hindú. Hoy fuimos todo el camino hablando de fútbol, soccer como le dicen aquí, lo cual trae de cabeza a Ken porque no entiende que si se juega con el pie porque no le llaman football y le llaman football a una cosa que se juega con la mano. La verdad es que tiene razón. Como decía el ambiente en la furgoneta es agradable, todos vamos fastidiados por la mañana a trabajar y volvemos reventados por la tarde. Vamos charlando y cuando nos callamos, sino está puesta la radio se oye al chino rezar por lo bajini. La verdad que no me extraña, él va de copiloto. Yo que voy más bien en la parte de atrás voy pegando unos botes del copón. Hoy cuando llegamos al hotel nos pusimos a cenar algo, en esto se para Sergio, mira al frente y dice: carajo, pues sí que estoy mareado... Yo también my friend. Aún así siempre llegamos bien y puntuales.


Todo el mundo tiene más de un coche

En el observatorio hay que llevar la comida de casa, aunque hay una cocina que puedes utilizar perfectamente, lo que no hay es-cattering (friki-chiste de la jornada XD) ni restos de bar en varios km a la redonda, así que como algún día se me olvide la comida en casa voy a estar fodido. Hay una maquina expendedora, pero estos jodidos no tienen monedas de 5 centavos o al menos yo no las ví, sólo vi de 1,10 y 25 centavos, y luego tienes 1 dólar (que es el pavo que le dan los padres a los hijos pa que no se chiven en las series de negratas), 5, 10 .. etc y eso ya son billetes. Las máquinas sólo aceptan billetes de 1 dolar y no devuelven cambio. Por si fuera poco las monedas de 1 centavo tampoco las quiere, así que se tienen que alinear los astros para que lleve encima el cambio adecuado para el café y que la máquina no me atraque. Curiosamente no se suele ver coca-cola por los sitios, más bien pepsi, y casi siempre dietética, para contrarrestar los trillones de calorías que se meten el resto del día, esta gente me parece contradictoria.
Los grupos de trabajo suelen comenzar las mañanas con reuniones para repasar el progreso durante la semana, y para suavizar las tiranteces el jefe suele llevar unos bollos del dunkindonuts (hago publicidad porque esto no lo lee nadie). Luego cada mochuelo a su olivo hasta la hora de comer, que son las 12. Comen rápido y vuelven al tajo, hay que reconocer que son bastante currantes, pero ayer me dí cuenta que no son tan distintos. Después de comer volvía yo del laboratorio de hacer unas medidas y fuí a buscar a Chris (el ingeniero que es más o menos mi supervisor) a su despacho para hablar con él, pero estaba la puerta cerrada. Supuse que no quería que le molestaran así que me fuí a mi despacho. A la media hora seguía la puerta cerrada así que fuí a ver a Arthur para corroborar mi suposición, y me dijo que sí, que generalmente cerraba para hablar por teléfono o para concentrarse. Justo al salir se abrió la puerta y salió Chris con cara de whas japen jier, le saludé y fuimos al laboratorio a ver los resultados. Entonces comprendí en qué estaba concentrado Chris, tenía la marca de la moqueta en la mejilla. Hay que reconocerle que a pesar de las siestas es un tío muy trabajador y eficaz, además de inteligente, así que supongo que será que lo necesita.


Típica casa chelmsfordiana


Además ayer fue un gran día para mí, encontré la ruta del colesterol. Es un paseo asfaltado que sigue el margen izquierdo del río Merrimack, que separa la ciudad en dos. Como hacía muy buen tiempo, unos 15 grados, me calcé los playeros y salí a correr. La ruta estaba petada lógicamente  pero fue un rato muy agradable, me sentía bastante integrado con los nativos, todos los que me cruzaba corriendo me iban saludando, negros, chinos, niggas, indios, blancos, esto es un crisol de culturas, y eso mola. Por si el descubrimiento fuera poco, al volver encontré una sucursal del banco en el que tengo que abrir una cuenta cerca del hotel, y encima tiene horario de sábado por la mañana, lo cual me viene al pelo.


Una figurita de esas con muelle que lleva Ken en la furgo. Es una hawaiana, pero vibra como si bailara hardcore



Veremos a ver lo que dura el buen tiempo, porque hoy amenaza con llover....

domingo, 7 de abril de 2013

25th Research Place, North Chelmsford.

Esta es la dirección del hotel en el que vivo, y que de momento será mi residencia por un tiempo. Se encuentra en las afueras de la ciudad de Lowell, pero el tema de distribución geográfica aquí es complicado y creo que dará para varios posts. Aún no sé orientarme aquí así que no sé como dar datos, pero ya sabéis que si le dais la dirección a google él os dirá dónde encontrarme. El tema de la orientación es bastante complicado aquí porque todas las calles me parecen iguales. Aquí la gente no acostumbra a vivir unos encima de otros, sino que construye cada uno su casa al lado del vecino, son así, gente llana. Claro, luego se encuentran con pueblos millamétricos, y todo el mundo va en coche a todos sitios. Recoger la comida con el coche es bastante habitual. Los americanos dan la sensación de que tienen prisa porque siempre van en coche, jamás vi tantos coches. Además el combustible es barato, ya sabéis que si tienen que ir a por petróleo, van.  Pero sobre esto hablaré más adelante, que hay para rato.

 En el hotel las habitaciones vienen con cocina americana ( XD ), salón con tv, baño completo y habitación con cama. La cocina tiene lavavajillas, lo cual la convierte en utilizable. Creo que tardaré bastante en poder vivir en un sitio así cuando vuelva a España. Pondré fotos más adelante. En cuanto a las fotos que me sugerís, había pensado en ello, pero lo único que tengo ahora que me permita inmortalizar momentos es mi Nokia ExpressMusic (heredado de mi madre) (que por cierto no uso para llamar), así que me explayaré con sus 2.0 megapíxeles, que para mi dominio fotográfico debería ser más que suficiente. En el hotel, además de Ken (el conductor de la furgo) hay un 85% de población india. Del restante el 14.9 % son chinos y luego estamos Sergio y yo. Esto tiene su influencia a la hora del desayuno, pues hay comida con un montón de especias y unos fritos de verdura que comí en alguna vez en un restaurante hindú en Madrid, tengo que investigar como se llaman. Hay un pequeño gimnasio, dicen que también hay piscina y una lavandería. Para mí gusto está muy bien la verdad.

Ya os dije que aquí el coche es uno más.

Centro de Chelsmford




Lo malo de vivir aquí y no tener coche es que estás bien chingado como dice mi amigo mejicano. Tú área de acción se reduce a la plaza comercial que tienes más cerca, porque tampoco se molestan en hacer aceras, aunque alguna hay. Hay servicio de autobús público, pero tienen un horario muy limitado y los domingos no trabajan. Este fin de semana no estuvimos muy espabilados y salvo el viernes que salimos a cenar a Lowell downtown (el centro de Lowell) no pudimos salir de nuestra plaza comercial. Es curioso porque aquí el centro de un pueblo o de una ciudad pequeña es igual que la periferia con la diferencia de que hay una iglesia de madera y una banderola americana enorme, pero ni rastro de bares con terrazas, que es como en España uno sabe que ha llegado al centro.
Por la mañana Sergio, que en muy Chelmsfordiano, vió en Internet que el domingo por la noche daban un concierto de jazz en el centro cultural de Chelmsford (ese debe ser el pueblo al que pertenecemos, aunque yo me siento más Lowelliano, no me preguntéis por qué) y nos arriesgamos a caminar unas cuantas millas para llegar al lugar. Yo soy un ignorante en cuanto a música, y la idea de caminar 3 millas (cinco km y medio más o menos) para ir a un concierto de jazz me hacía cuanto menos desconfiar, pero por aquello de abrir la mente, y sobretodo salir de nuestro sector me decidí a acompañarle. Menos mal que lo hice, el concierto fue fabuloso, eran tres tíos que tocaban bossanovas y jazz de fuerte influencia latina (fui a un concierto y ya hablo como un hipster) sonaban muy bien y además el saxofón me recordaba a Yebes.


En principio la idea era escribir cada 3 días, pero los amenazantes correos de mi madre durante estos primeros tres días, en los que me pregunta insistentemente si he abandonado el blog me obligan a plantearme la posibilidad de postear más a menudo. A ver si lo logro, porque escribo a última hora del día, justo antes de irme a dormir, así que no espereis la prosa de Garcilaso ;).

jueves, 4 de abril de 2013

Welcome

De todas las opciones que me da la sociedad americana para perder el tiempo después de trabajar elegí escribir un blog. Así cuando haya acabado aquí al menos me quedará un recuerdo... y que demonios así me ahorro tener que contestar por separado a mis fanes.

Llegué a esto que llaman USA el martes 2 de Abril que ahora me parece que fue hace mil años pero apenas hace 2 días bajaba del avión en Boston Logan con cara de Alfredo Landa en El turismo es un gran invento. Crucé la aduana tras mostrarle al aduanero mis conocimientos de inglés, cosa que me llevó cierto tiempo pues parece ser que no hablábamos el mismo inglés, y rezando para que el tío del taxi que me tenía que estar esperando a la salida estuviera allí. Después del test de la aduana no me veía tirando de inglés para buscarme la vida en cómo llegar al hotel. Hubo suerte en eso y me planté en el hotel más temprano de lo que esperaba. Mientras me sitúo llamada de Arthur, más adelante os hablaré de él pero fundamentalmente es el contacto aquí y una de las personas por la cual estoy en Massachussets, que se le hizó tarde y no podrá quedar para cenar, que mejor nos vemos mañana. Para mí perfecto porque empezaba a estar realmente cansado y sólo quería ducharme y dormir. Como anécdota del día decir que ya me gané la amistad del tío de recepción, no sólo por hablar castellano como él, Carlos se llama el tío, pero de Toledo no es, sino por protagonizar la jaimitada del día. Mientras enseñaba el cuarto a Noemi por skype, intentando hacer un remake de mi llegada salí al pasillo con el ordenador y sin la llave, y claro, no caí en que en los hoteles las puertas tienden a cerrarse para que no te levanten todas tus posiciones si te la dejas abierta.

Al día siguiente conocí el observatorio y a muchas personas, de las cuales recuerdo el nombre de más bien pocas. Una furgoneta (shuttle dicen los viajeros) te lleva a las 8h30 desde el hotel al observatorio, tarda unos 35 minutos y la conduce un señor indio de avanzada edad pero intrépido conducir cuyo nombre desconozco. Creo que él no me entiende a mí y yo tampoco a él. En la furgo vamos 3 tios, un mejicano, un chino y yo. El mejicano es un chaval regordete y bajito con cara de azteca que hace un doctorado en radio-astronomia, se llama Sergio y es bastante majete, hoy me invitó a comer fajitas que había cocinado la noche anterior, justo cuando saltó la alarma de incendios.... aún así se las agradecí mucho. En el observatorio me esperaba Arthur, que me enseñó un poco las instalaciones y me presentó a la gente de su equipo. Entre ellos está Chris Beauvain (no sé si se escribe así exactamente) que es un ingeniero de receptores que me va a ayudar en mi estancia. Es joven y también muy majete creo que nos vamos a llevar bien. Bueno yo voy poniendo aquí nombres y cosas que aunque ahora no tengan mucho sentido supongo que al final cuadrará en el puzzle, ya veremos. La vuelta de la furgo del hotel es a las 17h30, y hay que caminar un poquillo porque n o le dejan entrar del todo. A las 17h10 salimos del despacho Sergio y yo. Probablemente estareis pensando que pasó con el chino de la furgo que no volví a nombrarle, pero es que él trabaja en otro sitio para Verizon, una compañía de teleco de usa. Le recogemos en el camino al hotel.

Es todo por hoy, estoy bien, situado, y con cervezas en el frigo. Seguiremos informando.