lunes, 8 de julio de 2013

4th of July



Dentro del programa de exaltación de la patria y la amistad que lleva a cabo el gobierno de turno de USA y que incluye una peregrinación al menos una vez al día al McDonalds, el 4 de Julio es un día señalado. Como ya sabéis los Estados Unidos celebran su independencia del Imperio británico. Parece ser que es el día que firmaron la declaración de independencia las trece colonias de las que se componía por aquel entonces los Estados Unidos. Si a alguien le interesa este tema en la wikipedia hay un buen artículo sobre el tema XD. Al final de la entrada hay un enlace a un mapa (de la wikipedia) donde se ve el proceso expansivo de los estados unidos.

Where am  I?


Si ya a diario la bandera es un motivo de orgullo para todo compatriota, haciéndola ondear en el jardín, el 4 de Julio no debes olvidar los gayumbos de barras y estrellas al salir de casa. Ya llevo un tiempo aquí y no deja de sorprenderme el tema del patriotismo. Recuerdo que al poco de llegar, cuando estaba visitando el USS Constitution en Boston, entraba al control de seguridad una pareja con un crío que tendría alrededor de 5 años. El chaval llevaba en la mano una pequeña banderita de eeuu, y como veía que todo el mundo dejaba sus pertenencias en la cinta transportadora, él dejó allí también la bandera, que era su pertenencia. Rápidamente el tío del control, gorro de cowboy y parche identificativo de la agrupación policial correspondiente rescató la banderita de plástico de la indigna máquina de escanear mochilas terroristas y se la puso en la mano al niño, diciéndole: be proud of that, don't leave it, que en el idioma del chiquillo quería decir: estate orgulloso de esto, no lo dejes.

Españoles por el mundo


El caso es que en Boston, al igual que en muchas otras ciudades de eeuu se celebra el día de la independencia con un montón de actividades públicas, incluso alguna gratuita que se dispersan por toda la geografía urbana. El colofón es un concierto gratuito al final de la tarde, en uno de los paseos a la orilla del río Charles llamado The Esplanade (sería el equivalente anglosajón del parque de la explanada de Arriondas) que termina con fuegos artificiales. El grado de histeria colectivo con el tema del terrorismo hace que sea imposible acceder a un espectáculo público portando una mochila, lo cual hace que para mí y para mochilo el de los fruitis sea imposible acceder a tales lugares. Media ciudad cortada al tráfico y blindados de la policía por los parques, eché de menos algún tanque, aunque sí había militares. Yo me sumé a la fiesta por la tarde, hacía mucha caló y estar por allí desde por la mañana podría ser un esfuerzo titánico. Arthur Niel me había avisado de que suele ser un acontecimiento multitudinario (le dije que iba a ir a ver los fuegos, y el me respondió: con los otros tres millones?).

La sección mochileros en The Esplanade


En Boston Common, el parque que hay en el centro de la ciudad, la gente hacía tiempo esperando a las 7 que empezaba el concierto, y yo tomaba limonadas sin parar para combatir la dureza del Sol, voy a hacer rica a una familia que vende limonadas en el parque. Dicen que el invierno es duro, pero el verano es muy caluroso y con mucha humedad. Poco antes de las 7 la riada de gente me arrastró hasta la famosa explanada, que no es precisamente espaciosa. Apartado con la casta de los mochileros (seguro que a Jesús Gil le hubiera entusiasmado la idea) encontré un buen sitio para escuchar el concierto y ver los fuegos, que suponía los tirarían del otro lado del río. El concierto eran básicamente cuatro artistas salidos del operación triunfo de turno, que no despertaban gran fervor entre los asistentes la verdad. Los muebles los salvó la orquesta sinfónica de Boston (Boston Pop) que interpretó entre otros la obertura 1812 de Tchaikovsky para dar paso a los fuegos artificiales, que no voy a decir que eran peores que los de la Jira, pero tampoco llegan a la altura de los de San Pedro y San Pablo de Burgos.

Los ciudadanos de bien


En definitiva un tormento de tarde al justiciero Sol y humedad de Boston, en pleno verano para formar parte de una fiesta de "prau" sin sidra ni bollos preñaos. Aún tenemos cosas que enseñar al resto del planeta.






miércoles, 3 de julio de 2013

The Quiz Show III

El Quiz Show de hoy es para auténticos profesionales. A ver si hay alguien puede catalogar este espécimen que encontré el otro día en el parking del hotel...






viernes, 28 de junio de 2013

Sandlfies of Salisbury

No sé qué les darán a los mosquitos de por aquí, pero pican como demonios. No me acuerdo de cuantas picaduras rasqué, pero cuanto más rasco más salen, cual cantimploras de Zumrok, de aquellas que vendía Palomares y que se compraban con cinco duros.

Dicen que sarna con gusto no pica, pero todo tiene un límite. El caso es que el fin de semana decidí salir del área de influencia del hotel, cosa que no había hecho durante los dos fines de semana pasados debido a una presentación que tuve que hacer vía internet a los compañeros de Yebes, que por cierto no salió como esperaba pero bueno, como dicen por allí mañana volverá a salir el Sol. Aún así estoy contento porque creo que he interiorizado unos cuantos conceptos que necesitaba controlar de una vez. No quiero aburrir al ávido lector con reflexiones banales así que pasemos directamente a contaros las desgracias que me ocurrieron este fin de semana!

Merrimack a su paso por Lowell
Como decía, el Sábado amaneció buen tiempo, como se esperaba. La predicción era muy buena para todo el fin de semana, con temperaturas muy altas, rondando los 90º (Farenheit, que sino no estaría escribiendo esto, que son unos 30ºC. Mucho calor y mucha humedad también. Me había llegado el recambio para la bici (he roto el cambio en un alarde de potencia) y Chris Eckert, un chaval que trabaja en el observatorio, muy introvertido pero que parece buena gente y que es gran aficionado a las bicis me prestó sus herramientas para que reparase a Anacleta, así que a las 12 ya estaba listo para salir. Escogí bajar el río Merrimack desde Lowell hasta su desembocadura en Newburyport. Tenía curiosidad por ver qué pasaba en un río de tanto caudal. Son unas 33 millas (~50km) así que iba a echar todo el resto de día. Por fortuna tuve la genial idea de traerme el saco, así que podía quedarme a dormir en la playa. Antes de nada comprobé que no me iba a llevar la marea, porque con esto de la superluna lo mismo amanecía en Ferrol. Efectivamente aún quedaba playa, y esta era suficientemente amplia para alojarme. Me hice un hatillo con las pocas posesiones que llevaría, navaja, frontal, recambios para la bici, agua, la sudadera de rockport por si acaso (no necesito una de newburyport por el momento) la guía del Lonely Planet, pasaporte algunos dolares y el smartphone, que puedes salir de casa sin cerebro pero no sin smartphone, y me lancé río abajo a verlas venir.

Todas las ciudades que puedes visitar a lo largo del río fueron construidas con el mismo fin. Las fábricas textiles.

Durante parte del trayecto tienes posibilidad de recorrer los márgenes de río que en las inmediaciones de las ciudades cuentan con carril para viandantes y bicidantes. Desgraciadamente son los menos kilómetros, así que durante un buen trecho has de compartir camino con coches y motos. Tienes varias opciones así que puedes escoger la carretera menos transitada. Fundamentalmente son cuatro las ciudades por las que pasas, Lowell, Lawrence, Haverhill y Newburyport. Las tres primeras son del mismo corte, ciudad con apariencia decadentes, intentando desesperadamente reinventarse tras años de depresión fruto de la pérdida de trabajos con el traslado de las fábricas textiles. Del río Merrimack salieron muchas camisas y pantalones, pero hace tiempo que otros ríos más jóvenes, más baratos y probablemente más orientales silenciaron sus tejedoras. Por el camino compré unas fresas que me sirvieron para reponer energías, mover los 15kg que le calculo a Anacleta más mochila supone un gasto energético considerable. Se las compré un fulano muy amable que tenía una granja familiar al lado de la carretera y había inundado el tramo de carteles refrescantes. Muy buenas la verdad, la publicidad no era engañosa. Después de varias horas de sufrido pedaleo llegué al primer destino de playa, Newburyport, un pequeño pueblo marinero reconvertido al turismo estacional, como todos vaya. Aquí la influencia irlandesa se nota aún más y abundan las banderas y la cerveza. Reposté con un par de pintas y un sandwich de tuna que me supieron a gloria bendita (estoy convencido de que la felicidad está en el contraste, no en la abundancia, aunque aún no lo puedo confirmaro XD). Con la segunda pinta en The thirsty whale (la ballena sedienta, literalmente) la gente de mi alrededor ya empezaba a preguntarme de dónde había salido. (llevaba buenas pintas y encima no hablo bien inglés así que la curiosidad les picaba fuerte). Eran oriundos, gente maja y campechana, como Juan Carlos, aunque no sé si estos cazan elefantes en Botsuana. Una pareja me dijo que viajarían en Septiembre a Lisboa, así que les recomendé que visitaran la costa Sur, desde Sines hasta Cabo San Vicente, que tan buen recuerdo me dejó cuando fuí con Noemi hace unos años. Salí de la ballena sedienta en cuanto pude porque la cosa se alargaba y ya me veía allí tomando pintas hasta las tantas y todavía tenia que buscar guá para pasar la noche.
Estuario de Newburyport

Desde Newburyport sale una carretera hacia el norte, dirección Portsmouth, unos 33 km al norte, que se desdobla al poco de empezar, si coges el ramal oriental, irás por una pequeña carreterilla pegada al mar, de nombre Ocean Boulevard. Este era mi camino, que además de ser el de mejor paisaje me permitía escoger sitio en la playa, que se prolonga durante casi todo el camino hasta Portsmouth. La zona más accesible de la playa era una feria, muy al estilo valenciano, al menos las playas que yo conozco, con luces de colores, todo tipo de chiringuitos y gente muy morena y con buenas reservas para el invierno desplegando todo tipo de bártulos sobre la parcela que habían luchado ferozmente durante la mañana.


Por suerte a la gran mayoría no le gusta andar (probablemente por no gastar las reservas invernales), así que cuatro pasos más allá tenía toda la playa del mundo. En una zona más apartada pequeñas hogueras comenzaban a arder y los grupos de amigos se comenzaban a reunir para celebrar un nuevo atardecer. Algún pescador intentaba aprovechar los mejores momentos del día, si había suerte a lo mejor podía cambiar un pez por una cerveza. Monté el campamento y aún me dio tiempo a darme un baño con algo de luz. Desconozco la razón científica, pero el agua de este lado del oceáno está bastante más fría, no me dió tiempo a más de un puertu chicu cuando ya estaba empezando a sentir amputación en los dedos de los pies. Por suerte la temperatura fuera era excelente. Foto del atardecer, unos momentos de reflexión y a dormir, que mañana sacan el Sol a las 5.30.




Aún me cuesta creer que un fulano se subiera allá arriba ...

Lo de dormir es una figura poética. A pesar de que empecé con un buen sueño de un par de horas, los cabrones de los mosquitos esperaron a que me durmiera para empezar a divertirse. Me pusieron fino los jodidos. Me acordé bastante de no haber comprado antimosquitos! En fin, unas veces se gana y otras se aprende. Por si lo de con los mosquitos no me hubiera quedado a gusto, la madre naturaleza me envió otra plaga, esta vez de lluvia. Que comiencen las burlas. Recogí rápidamente el saco para que no se me mojara y fui a refugiarme a un tendajón que había no muy lejos, por suerte no duró mucho y no fue muy intensa así que la arena no estaba muy mojada. Pero no iba a ser la última vez que la lluvia me visitara. Fueron varias las ocasiones que me ví amenazado aunque finalmente la cosa no paso a mayores, y como la temperatura seguía siendo buena se podía aguantar. Me sorprendió la cantidad de gente que te puedes encontrar en la playa por la noche. Mucha gente debe haber en este mundo. Como anécdota, en una de esas lluvias intermitentes a eso de las 2 de la mañana, me crucé con un tipo que debía ser de mi edad. El tío estaba más perdido que yo, me preguntó por dónde se iba a algún lugar para mi ininteligible. Le dije, que no era de allí, que siguiera caminando y si empezaba a notar húmedos los pies se diera media vuelta, pero que no podía hacer mucho más por él.



Finalmente conseguí dormirme por unas pocas horas, y cuando abro el ojo ya por la mañana, (el Sol sale entorno a las 5h30) ya tengo toda una legión de paseantes de perros y fanáticos del footing mañanero desplegándose a mi alrededor, y yo allí como un naufrago. Ya después de que unos cuantos perros se acercaran a olisquearme y que el Sol estuviera lo suficientemente alto como para confiar en que no cayera de nuevo por debajo del horizonte,  recogí los bartulos y busque un bar para desayunar. Tarea titánica en este lugar del mundo, cosas como la facilidad para encontrar un bar hacen que eche mucho de menos España. Un café y un croisant que te devuelven a este mundo, cosa difícil aquí que como ya sabéis el café es agua turbia y el desayuno se gesta a base de bacon, huevos, mucho queso y más hamburguesas. Es increíble la poca idea que tienen de comer bien, es algo que no acabo de comprender. La ruta 1A me llevó dirección norte, siempre al lado del mar, como en un buen anuncio de coches. Me crucé con muchísimos ciclistas, la mayoría grupos de gente mayor, la media estaría en los cincuenta y muchos. Para mí el final del camino estaba en Portsmouth, pero la carretera sigue hacia el norte hasta Portland, en el estado de Maine. Esta parte de la costa Este, la más septentrional, está relativamente despoblada y abundan los paisajes naturales, generalmente marismas que se adentran en una llanura de gran extensión (aquí no hay Picos de Europa). Imagino que según viajas hacia el Sur el paisaje también vaya cambiando.

Ford A (~1930 dC)

Portsmouth en otro puerto histórico de Nueva Inglaterra, con actividad desde mediados de 1600, y muy ligado al mercado de esclavos africanos. No pasé allí mucho tiempo porque no es especialmente diferente a lo que ya había visto. Estados Unidos tiene un serio problema con el transporte público, así que para volver al hotel no me quedó más remedio que coger un autobús a Boston y de allí el tren a Lowell, lo que significa aproximadamente una hora y media más de innecesario camino. Lo que esta expedición nos deja como moraleja es que si estas aburrido en tu casa, cualquier momento es bueno para armar un petate y salir a buscarte la vida ahí fuera, sin ninguna duda vivir tu vida es una aventura mucho más enriquecedora que ver como los demás hacen que viven la suya. Y que comprar antimosquitos antes de salir de casa nunca está de más.

Parece ser que los picotazos del sábado por la noche eran de sandfly, un díptero muy común en las zonas arenosas, especialmente Florida y que provoca unas ronchas que pican un montón. Doy fé de ello.


miércoles, 12 de junio de 2013

On the road

Al fin conseguí alquilar un coche. Me salió algo más caro de lo que esperaba en un principio, es lo que tiene ser turista es estos lares. Lluvias torrenciales, aquí los fenomenos meteorológicos también son a lo grande, me obligaron a cambiar el itinerario, ya que en un principio me dirgía al norte, al estado de New Hampshire para conocer las White Mountains.
Yale

Salí la mañana del sábado sin saber muy bien a dónde me dirigía manejando un Pontiac automático (pasé bastante tiempo cuidándome de no intentar cambiar de marcha) por la interestatal 95 dirección Sur, hacia Rhode Island. La interestatal 95 recorre durante 1920 milas (3100 km) la costa Este estadounidense, entre la frontera con Canadá en Maine hasta Miami, Florida. Crucé Rhode Island sin que la lluvia diera tregua, es un estado muy pequeño que hace esquina entre Massachusetts al norte, Connecticuit al oeste y el atlántico al este, su capital es Providence. La primera parada fue ya en Connecticuit, en New Haven, donde está la universidad de Yale, otra de las famosas trece de la Ivy League de la que ya hablé en alguna ocasión. El campus hace honores a su fama, de nuevo edificios de estilo británico del siglo XIX cercando patios con grandes jardines. Da un poco la impresión que estas universidades son el vínculo que les queda a los estadounidenses con la cultura británica. Todavía sigo sin saber como se hace para pagar el ticket del parking aquí en nueva inglaterra. En los parquímetros solo hay ranura para monedas o para tarjeta, pero no para que te devuelva el ticket! Al menos tuve suerte y salí de New Haven sin que me multaran.
Lago Ontario desde Oswego

Nueva York no queda muy lejos de New Haven, unas 60 millas al suroeste siguiendo la línea de la costa. La idea inicial era parar en algún pueblecillo de la costa a medida que me acercaba a nueva york para ver la ciudad en la puesta de sol desde lejos y lluego girar hacia el norte alejandome de allí, pero como soy un descerebrao que no ve el  peligro venir ni aunque toque la campana, me dije a mi mismo (ya os comenté que  hablo mucho conmigo, de hecho no sería la última vez en este viaje), para una vez que estás tan cerca de nueva york no lo puedes dejar pasar, además tienes un tomtom que es bastante más listo que tú y te sacará del más turbio de los callejones en que te puedas meter, o eso espero. Así que conduje por las calles de nueva york, como un neoyerquino automovilista más. Pasé el Bronx y Harlem con más cuidao que metiendo una mercedes XL en un garaje de barrio, nunca nadie fue tanto tiempo por el centro de su carril. Poco a poco la ínsula de tierra entre el Hudson y el oceano se iba haciendo más pequeña, y seguiamos teniendo que caber todos. Los edificios se hacían cada vez más y más grandes hasta que ya sólo quedaban rascacielos. Es realmente impresionante, probablemente la noche hace la ciudad un poco más mágica, con las ventanas iluminadas en los edificios  le da un aspecto majestuoso, los rascacielos parece que salen del mímisimo río Hudson, están en la puñetera orilla, es increible. No llegué siquiera a bajarme del coche, no sabría que hacer con él pero como el circular por la ciudad es lento me daba tiempo en los semáforos a sacar el cabezón por la ventanilla para esnucarme intentando ver donde acababan los edificios. Crucé Manhattan de este a oeste y norte a sur, de modo que acabé saliendo por Lincoln Bridge hacia el Noroeste.

Logré salir de Manhattan sin un rasguño, menudo triunfo. Rumbo al norte, nada más salir de la ciudad me toca parar a echar gasolina, lo cual fue otra librada porque no hubiera molao nada quedarse sin caldo en mitad de la gran manzana. La gasolinera era fuertemente transitada, parecía los boxes de formula uno cuando caen cuatro gotas. Allí un señor con gran bigote y muchos años de oficio aprovechó la coyuntura para echarme gasolina 89 en vez de 87, que era la barata. (el octanaje es menor que en españa, hay 89, 87 y 93). A la salida de la gasolinera un cartel marcaba un area de descanso que marcaba mirador de la ciudad, y para allá que fui. Al otro lado del Hudson la ciudad se despedía con una luna llena que comenzaba a asomar por encima de los rascacielos. Me hubiera gustado hacer una foto de aquel momento pero ni los medios técnicos ni los conocimientos teóricos eran suficientes. Como mi camino era largo no me quedé mucho tiempo observando el panorama.

A la mañana siguiente llegué al lago Ontario a una pequeña ciudad llamada Oswego, en la orilla sur del lago. Para confirmar que es un lago necesitas darle la vuelta entera, porque desde la orilla no ves el otro lado. Tiene olas y creo haber visto alguna gaviota. Siendo el más pequeño de los grandes lagos, tiene 300 km de largo por 80 km de ancho, con una profundidad máxima de doscientos y pico metros. No sé exactamente a que temperatura estará el agua, pero os digo que no recuerdo haberme bañado antes en un agua tan fría, por que claro, si había entrado en Manhattan con el coche, porque iba a dejar de bañarme en un lago en Canadá. Comí en un chiringuito que se asemejaba a un chiringuito de playa, donde había mucha gente comiendo marisco y pescado, del lago Ontario. Para volver a Lowell decidí bajar por el río Mohawk (en coche, no en canoa) hacia Albany. Un acierto porque la carretera que era secundaria zigzageaba por las orillas del rió subiendo y bajando colinas, y las vegas que dejaba a los lados eran de película. Además resulta que esa es una zona donde hay colonias de amish, ahí es donde ví la señal del otro día. Los amish se concentran en Pensilvania, pero no es la única región de america donde los puedes encontrar. Perdí una media hora por carreteras comarcales buscando granjas de amish, y aunque no las encontré, tuve la recompensa de cruzarme con dos carros de amish. Son como se ve en la tele, con ropas antiguas y sobrias y los hombres llevaban barba sin bigote, porque curiosamente el bigote lo asocian a la violencia, son la leche, me quedo con ganas de hablar con ellos. El río Mohawk se une al Hudson en Albany, que es la capital del estado de Nueva York y una ciudad que merece la pena visitar con mucha historia detrás y con edificios de aquellas épocas. Remontando el Hudson puedes llegar tras unas pocas millas a Saratoga, un pequeño pueblo muy bonito con muchos jardines que alberga un famoso hipódromo. Además a pocos kilométros del pueblo se libró la batalla de Saratoga, que cambió el rumbo de la guerra de Independencia siendo la primera victoria de los colonos. También hay un gran lago (esta vez si se ve la otra orilla) donde la gente tiene pequeños barcos. Parece una zona con buena calidad de vida. de saratoga volví a lowell
 Atravesando los apalaches por las green mountains, atravesando vermont y new hampshire por el sur. Vermont parece un territorio que merece una nueva visita
Lago Ontario


En realidad esto data de finales de Mayo, pero por diversos motivos tecnicos lo publico ahora.


miércoles, 29 de mayo de 2013

Te Quiz Show II

Esta semana el quiz show tiene dos preguntas, aunque relacionadas, una es la llave para abrir la otra ;).

¿Sevilla?


¿Qué indica esta señal?

Y la parte por el todo ... ¿Por dónde estuve este fin de semana?

miércoles, 22 de mayo de 2013

Soccer & Rockport



Si pasais por Massachusetts y quereis ver algo más que Boston os recomiendo que visiteis Cape Ann, una pequeña península que se adentra en el Atlántico, condado de Essex, nordeste del estado de Massachusetts.  Los núcleos de población más notables (los únicos) son Manchester, Essex, Gloucester y Rockport. Se entiende bien porque esta zona se llama Nueva Inglaterra. Es una zona marinera y rocosa, de donde parece ser que extraían importantes cantidades de granito a finales del siglo XIX, aunque desde mediados del siglo XX se consolidó como refugio de artistas y bohemios, de ahí que sus calles estén llenas de talleres y esposiciones.
Countryside a las afueras de Boston

El plan para este fin de semana era alquilar un coche y subir al norte, a la reserva de White Mountain en el estado vecino de New Hampshire para hacer un poco de senderismo que tienen unas rutas majas según me dijo Chris que es aficionado a la escalada. Ya tenía hecha la reserva con una compañía muy económica que tiene una franquicia en Lowell, pero la cosa se torció cuando llamé el viernes para confirmar y me dijeron que necesitaba una tarjeta de crédito. Yo de eso no tengo, así que pintaban bastos.


Como era Viernes por la tarde, y eso para mí es sagrado desde que tengo uso de razón, salí a dar un paseo para despejar, y al pasar por un descampado al lado del río ví que estaban jugando un partidillo de fútbol. Eran todos prietos, que obviamente uno desde la comodidad del sofá de su casa no le da importancia en absoluto, pero el caso es que no estaba seguro del nivel de separatismo que hay en esta zona de Estados Unidos (una amiga me contaba que en los estados del Sur hay una increíble segregación y blancos y negros no se juntan apenas). Como yo soy foreign no tengo por qué saber las reglas urbanas no escritas, además tenía ganas de introducirme un poco en la cultura urbana y les había visto ya hacía un par de viernes, así que el plan de partidio el viernes por la tarde lo veía claramente, de modo que me acerque a uno y le dije si podía jugar, me respondió que ningún problema bro, where are you from? - Spain -Oh spaniard, Madrid o Barcelona? - Barcelona obviusly (la mayoría eran del Madrid pero recocían que Messi es el mejor, como la gente de bien). Muchos llevaban equipaciones españolas, al menos hay algo que exportamos. Luego me enteré que el partido era un Senegal-Ghana y que por tanto había modificado un poco la alineación, pero daba igual. Me tocó jugar con Ghana, que tienen menos calidad pero son más amigables. Estuvo muy bien, me sirvió para desconectar un rato y además hacía tiempo que no jugaba, fueron risas. La anécdota del partido vino cuando se les ocurrió que para diferenciarnos mejor Ghana jugaría sin camiseta, eso me ayudó a reconocer al rival pero a costa de no poder diferenciar a mis compañeros. Tampoco fue la panacea porque el primer balón que cogí se lo pase a uno del equipo contrario que llevaba camiseta negra. He de decir que el peludismo causó bastante impresión entre los asistentes, no habían visto un tío tan peludo en la vida, claro que nunca habían visto un asturiano nativo. Me fuí de allí contento por haber dado un paso en la adaptación americana, además creo que al verme jugar un par de blanquitos que pasaban por allí también se animaron y se unieron al partido, alguien tiene que romper el hielo. Pasamos un buen rato.
Rockport

El sábado me pegué el madrugón para ir al banco a primera hora para ver si me podían ayudar con lo de la tarjeta de crédito, pero me dijeron que necesitaba un número de la seguridad social para tener tarjeta de crédito. Ya son dos cosas que no tengo. Como lo del número de la seguridad social ni tengo ni se le espera di por cerradas mis negociaciones con esa empresa y fuí a buscar otra. Con suerte encontré otra de camino al hotes donde si alquilaban coches a pobres. Es un poco más cara pero es la única opción. La pena es que para este finde no les quedaban coches, así que ya tendrá que ser para el próximo finde.
Como tampoco estaba dispuesto a pasar todo el fin de semana en el hotel, el domingo cogí la bici (me he comprado una bici, con pata de cabra y luces, a ver si ahorro para las alforjas XD y el radiocassete) e ir a la estación de tren, a ver si de alguna manera lograba llegar a la costa. El transporte público en la zona centro y este de Massachusetts está gestionado por el MBTA (Massachusetts Bay Transportation Authority) que ofrece trenes y autobuses que interconectan los condados de esa zona estado. La interconexión al final te sale cara, especialmente en tiempo, porque el nodo principal es la estación norte de Boston y prácticamente tienes que pasar por ahí para ir a cualquier sitio. Si cogéis un mapa (google maps para los vagos) podréis ver que ir de Lowell a Salem pasando por Boston no es lo más eficaz. Aún así el viaje no se hace muy largo, además en tren es cómodo y puedes disfrutar de los paisajes, que en autovía es más difícil. Una vez en la North Station de Boston puedes coger una línea de tren que recorre la costa dirección Norte hasta Rockport o Newburyport, es un trayecto muy agradable. Rifé un gato y me tocó Rockport, así que una hora y poco después me encontraba en la estación de Rockport, final de trayecto.
Rockport me recordó al norte de Cerdeña (bueno, hay ligeras diferencias, es más bien una sensación), con mucho más frío por supuesto. Es pequeño, pero tiene casas muy bonitas, todas con jardín y al pie del mar. Debe costar una fortuna vivir allí. Las dos calles principales son prependiculares, la que tiene tráfico es
Anacleta ya conoce el mar
paralela a la costa y la otra, peatonal, se adentra en el mar separando un pequeño puerto de la cala del pueblo. Esta última calle es muy transitada, y hay muchos puestos de recuerdos, talleres de artesanía y algún lugar donde comer langosta. Tuve un poco la sensación de estar en el sur de Europa. Gracias a que llevaba la bici pude recorrer un poco la costa, es curioso ver el Atlántico desde el otro lado ;). Con tanto paisaje casi me quedo sin comer (lo malo de viajar sólo es que hablas mucho contigo mismo) así que me tuve que apurar para comer una ensalada con unas gambas a la plancha en un chiringuito de la playa que regentaban un grupo de jóvenes muy amables que insistían en que no dejara el coche aparcado en la calle de enfrente porque estaba la grúa llevándose coches, les dije que no se preocuparan, que había candado la bici a una farola.

Bahía de Rockport



Hasta ese momento había hecho muy buen tiempo, sol y unos veinte grados (centígrados, los farenheit son muchos más y complicados de calcular 1ºF = 1.8ºCelsius + 32 (?????) y yo no me había siquiera planteado la posibilidad de coger una chaqueta, así que se nubló y bajo la temperatura un montón. Prefiero no poner a prueba el seguro de Mapfre que contraté para venir, así que ahora tengo una sudadera azul con un nudo marinero dibujado que pone Rockport jajaja. A la vuelta tuve que hacer escala de hora y media en Boston, así que me fuí a dar una vuelta por el barrio italiano. Ese día jugaban los Bruins (equipo de hockey hielo) que están disputando las semifinales de la copa Stanley (la liga NHL, que juegan equipos de Canadá y EEUU) así que había bastante ambiente. En Boston hay dinero, y un paseo por el barrio italiano basta para darse cuenta. Una cosa que me llamó la atención es que en varios lugares ví carteles que felicitaban a los graduados universitarios de este año (el curso académico acabó en Mayo) y es que aquí, todo el mundo tiene su cuota de protagonismo.

El charco visto desde la "izquierda"

sábado, 18 de mayo de 2013

Supermarket

Publico esto un Sábado, aunque está escrito desde el jueves .... en fin..


Frases célebres en los bancos (de sentarse, en los otros no creo que haya este tipo de citas) de la universidad UMass Lowell

Poco a poco Haystack va retornando a la normalidad después del estrés de la última semana. Incluso han recogido la carpa del jardín donde nos daban de cenar. Ya comenté que la gente en el observatorio es muy agradable y no tienen ningún problema en pararse a hablar contigo y a menudo se interesan por qué es lo que haces allí (no les digo que eso quisiera saber yo también). Lo que creo que no os dije es que tengo un nuevo compañero de despacho. Esta vez es indio y se llama Divya Oberon (espero haberlo escrito bien). Es astrónomo y por lo visto estudia el Sol en baja frecuencia, que no es que lo estudie muy de vez en cuando, sino que utiliza la radiación procedente del Sol en baja frecuencia (MHz, la luz son ondas electromagnéticas .... bla bla bla) para desarrollar estudios de composición y actividad solar. Me comentaba que las tormentas solares registradas el otro día y que seguramente hayáis visto en el telediario eran las más potentes registradas para este ciclo solar (los períodos de actividad del Sol se dividen en ciclos de 11 años, no me preguntéis por qué, si alguien lo sabe estaría bien que lo pusiera en los comentarios). Una vez más el nombre me volvió a confundir (no juzguéis nunca a nadie por su nombre). Da gusto charlar con él, es un hombre educado, calmado y atento, incluso me espera para comer, y esperar a un español para comer no es trivial aquí. Ayer me dió parte de su comida para que probara. Era una especie de torto de maiz, pero me dijo que no era de maíz sino de trigo aunque yo lo hubiera jurado mil veces. Se rellena con zanahoria cocida, espinacas, guisantes y cómo no.. curry. Ah y pica un poco. Pero está muy bueno así que se lo dije. De modo que hoy al llegar al despacho me dice: hey i cannot eat with you today but i have a thing for you. Me trajo más tortos para comer, esta vez estaban cocinados con relleno, cebolla y algún otro vegetal, la mayor parte de los hindúes son vegetarianos. El nombre de los tortos es roti o chapati (creo que los indios no pronuncian la "t" como nosotros, sino que pegan la lengua al paladar haciendo que suene un poco a una "r"). Después de comer me preguntó (y ya van tropecientas veces) acerca del paro y la economía en España. Me contó que en India es difícil para una persona con estudios universitarios obtener un puesto de trabajo acorde a su formación, puesto que hay mucha competencia, de manera que muchos trabajan en el sector servicios. Son gente bien formada, con habilidad para los idiomas (23 idiomas oficiales) y con buenas matemáticas así que de cara a un puesto de trabajo técnico no son una competencia recomendable sino estás bien preparado, además son muchísimos, me llama la atención siendo un país mucho más pequeño en extensión que China o el propio Estados Unidos (1/3 de la superficie de eeuu y 4 veces más población). Ahora lo que me perturba es que demonios le voy a cocinar yo sin proteína animal. Se admiten consejos, si este blog no llega a cierta persona de La Vega, por favor hacérselo llegar.

Amago de panorámica que saqué en los alrededores del observatorio para intentar enseñaros el forestal paisaje que ocupa prácticamente todo el estado de Massachusetts.

Hoy he cenado handdock. Que no sé lo que es pero se llama igual que el capitán de Tintin. Bueno sé que es un pez (pescado en este caso) que fue pescado en Noruega (lo pone en la etiqueta) por tanto es de mar y se parece al bacalao. El otro día fuí al supermercado y me pasé por la sección de pescado, quería variar un poco porque ya me empezaban a salir la pasta y la carne por las orejas, así que me armé de valor y fuí a por pescado. Como la conversación con el pescadero podría prolongarse por horas y aún así me llevaría algo que no era lo que pretendía decidí tirarme directamente a las bandejas. Sé que no es una actitud recomendable pero no creo que otra decisión hubiera sido mucho más acertada en esa situación. El caso es de lo que había, escogí lo más parecido a lo que me creía capaz de cocinar. Como no tengo horno y en la sartén se pega todo tuve que descartar el salmón, así que me vino a la mente el bacalao dorado (bacalhau à brás creo que dicen los portugueses) que hacía mi colega Josan cuando compartiamos piso en la universidad, que es una receta famosa en Badajoz de donde era oriundo por influencia portuguesa. Al lado del salmón había una bandeja de algo que se parecía al bacalao así que no le dí más vueltas. Limpio de espinas y todo. Generalmente la compra en el supermercado es un poco más cara que en España, especialmente productos frescos. Es probable encontrar el kg de fruta un 10 o un 20% más caro que en España y lo mismo ocurre con el pescado y la carne. Otra cosa es el mundo de la lata y el precocinado. Ahí son los amos, tienen de todo y con todas las calorías posibles. Me resultó curioso que la división de los pasillos en el super es, además de por tipología de producto, por nacionalidad del plato. Así tienen el pasillo de comida tailandesa, china, india, italiana, y por supuesto hispánica. Otra cosa que me llamó la atención en el supermercado es que los trabajadores son en su mayoría jovenes en edad universitaria, y todos te tratan fenomenal, como si fueras una persona humana. Supongo que es política de empresa, pero da gusto que te pregunten al llegar a la caja qué tal el día y si has encontrado todo en su sitio. Meten los productos en la bolsa y todo. También he notado que no es difícil que te salga más caro comer en casa que en una cadena de fast food. Otro día escanearé un ticket de la compra para que os hagáis una idea.


El otro día cuando salimos a correr a la hora de comer me llevé la cámara , lo más probable es que algún día me toque volver a trabajar en una oficina de una gran ciudad (habiendo suerte¿?), y entonces me acordaré de esto...

Como seguramente todos sabeis pero por si acaso hay algún despistado lo escribo aquí, el lunes regresó a la Tierra una cápsula Soyuz procedente de la Estación Espacial Internacional con un ruso, un americano y un canadiense a bordo, y no era un chiste. Venían de pasar seis meses en el límite de la atmósfera terrestre. El astronauta canadiense Chris Hadfield aprovechó ese tiempo para intentar ilustrarnos un poco sobre cómo son las tareas cotidianas allá arriba y también compartir imágenes hermosas de la Tierra. Pongo aquí el bonito vídeo que grabó como despedida de la ISS. A través de él podéis acceder al resto de los vídeos si tenéis curiosidad.



domingo, 12 de mayo de 2013

Technical Operation Workshop

Ya estoy aquí de nuevo, uf de esta casi no me recupero XD. La semana bastante intensa, luego el fin de semana ya no tanto. Como había dicho, esta semana estabamos de congreso, se celebró en Haystack un congreso bianual donde se imparten seminarios y talleres a personal técnico de las estaciones que forman parte de la IVS (International VLBI Service for Geodesy and Astrometry) para que las observaciones se realicen con la menor pérdida de datos posible, fundamentalmente destinado a operadores.
El sábado hubo carrera de traineras en el Merrimack. Son carreras entre colegios o universidades, y pasan el Sábado entero compitiendo en varias categorías. Montan carpas al lado del río y los padres traen comida y bebida, y cuando digo comida me refiero a que vienen con barbacoas y todo el copón, así que se monta un jaleo bueno.

El domingo tuvimos un acto de bienvenida en el hotel donde se quedaba la mayoría de los asistentes, que me quedaba a una media hora andando rápido. Básicamente era una cena informal para que la gente se saludase y los que no se conocían se conociesen. Alguna cara ya me sonaba, pero también le pusé mucha cara a gente de la que sólo me sonaba el nombre. Mola mucho cuando ves que la cara de una persona no concuerda en absoluto (alguna vez incluso en género, los nórdicos tienen unos nombres extrañísimos) con lo que habías imaginado. A parte de anécdotas de este tipo la tarde tampoco dió para nada interesante, salvo para ahorrarme la cena claro está.

Me hizo gracia el cartel...

Había gente de varios sitios del planeta, y a muchos les podías asociar rápidamente a su área geográfica. Me hicieron especialmente gracia los tres hawaianos de Kokee Park, que tenían cara de polinesios y encima venían vestidos con camisas de flores. Eran bastante simpáticos. Estaban los noruegos vestidos de montañeros (tienen una estación llamada NY Alesund en la isla de Svalbard que ahí no paran ni los pingüinos), finlandeses y holandeses muy pecosos, italianos impecablemente vestidos, orientales con cámaras de fotos y cara de curiosidad... no sé si yo también llevaría montera.
Se habilitaron varias salas por todo el observatorio donde se impartían simultáneamente charlas, de modo que te apuntabas a las que más te interesasen o menos te aburriesen. La actividad fue frenética y no daba tiempo a asimilar lo de una clase cuando ya te estaban irradiando con nuevas palabrotas ininteligibles que te obligaban a poner el salvapantallas antes de lo que te hubiese gustado. Eso sí la organización estuvo muy bien, había bollos y café a todas horas, comida y al acabar por las tardes cena, con cervezas y vino. Heidi Jhonson, una chica que trabaja en la administración de Haystack fue la cabeza visible de la organización, y siempre estaba saludando y preguntándote que tal te iba y si necesitabas ayuda para volver a casa (las cervezas no bajaban de los 8º ninguna), así que al final del congreso se le regaló un ramo de flores.

Otro de los espectáculos made in USA a los que pude asistir. Se quemó una casa entera en el centro de Lowell, aquí todas las casas son de madera.

No me voy a meter a contar el contenido en sí del congreso porque sería un tormento, me limito a decir que eran aspectos operativos, como manejar este o aquel cacharro, algunas instrucciones para arreglarlo si fallaba, cómo diseñar una observación, de qué parámetros de la antena hay que estar atento en cada momento ... El hecho de que se haga en Haystack es que aquí es donde se idearon y desarrollaron buena parte de la instrumentación que permite hacer VLBI, son un poco los pioneros, gracias a un señor que se llama Alan Rogers y que algún día os presentaré. También se dieron algunas clases acerca de aspectos científicos, objetivos de la sociedad internacional de VLBI y qué es lo que tratamos de ver, que nunca está de más que te lo recuerden. También hubo algunas sesiones para introducir los equipos que se están ingeniando ahora mismo y que serán los sustitutos de los antiguos equipos analógicos que aún están funcionando en muchas estaciones (en este mundo todavía no tuvo lugar la transición analógico-digital, pero estamos trabajando en ello como dicen los políticos).
Sobre las clases hubo muchas cosas que ya conocía, pero aún hay muchos conceptos y sobretodo técnicas que tengo que aprender, así que tengo largo y duro trabajo por delante. Me consuela que la gente que había en el congreso y se enteraba de las cosas era ya veterana, Roma no se construyó en un día.

Es muy común encontrar este tipo de conmemoraciones a soldados  fallecidos en los jardínes comunes

Ahora me repliego, que son ya las 12 de la noche y no atino a darle bien a la tecla, intentaré seguir contando cosas de esta semana durante los próximos días.

viernes, 3 de mayo de 2013

See you later, Alligator

Ya llegó la primavera a Lowell
Ya llevo un mes aquí. Hasta ahora me estoy portando como un paisano, pero he de reconocer que esta noche se me ha puesto un pequeño nudo en la garganta. Sergio ha acabado su estancia en Haystack y mañana vuelve a Méjico para terminar de escribir su tesis. Es sorprendente cómo se le coge cariño a las personas, es algo que a mi me da esperanza en el ser humano aún en el mundo en que parece que vivimos. Supongo que más aún en situaciones difíciles se establecen rápidamente fuertes lazos entre las personas, incluso cuando poco tienes en común con el otro individuo, o al menos eso crees. Vais a decir que soy un mariquita, pero no todo va a ser escribir babayadas.

Esta semana no me ha dejado grandes anécdotas  ha sido mas bien intrascendente desgraciadamente. Una cosilla que se me había atascado en el trabajo me tuvo ocupado todo el tiempo, en fin una pena, pero de los errores se aprende. Además la semana que viene es el TOW (seminario técnico de VLBI, que se celebra una vez al año) y promete ser una semana movidita, la verdad que tengo bastantes esperanzas puestas en el curso, espero estar a la altura y aprender mucho.

Hoy para despedir a Sergio hemos ido a comer fuera con gente del observatorio, son gente muy maja, tienen muchos detalles y siempre están dispuestos, incluso gente que no conozco sabe mi nombre, bueno, o algo parecido. Geoffrey, un hombre que luce trenza canosa hasta el culo y barba espelurciada vino a buscarnos a eso de las 12h, que ellos interpretan como la hora de comer, para decirnos que nos esperaban para ir a comer a Westford, a un sitio con hamburguesas y cerveza, cómo no. Lo de la cerveza me recordó a mi paso por Eurocontrol, cuando nos íbamos a comer los jueves al Rincón Castellano de Leganés y pasábamos la tarde entre cabezadas y paseos al baño, aún se me escapa la sonrisa.
Antes de salir, el director del observatorio le regalaró una camiseta y una mochila del observatorio, ya digo que son gente detallista. Nos llevaron en coche al sitio en cuestión, que estaba muy bien y muy ambientado. La comida estuvo muy bien, charlamos de cosas intrascendentes como política, tomamos cerveza y me preguntaron que qué tal España, dí mi opinión y casi me vengo arriba con el monólogo, pero me dí cuenta y paré a tiempo, menos mal. Estuve discreto. A mi lado se sentó Alan Whitney, que no sé los años que tendrá pero hace tiempo que debería estar jubilado. Ver a un tío con la tradición suya en este mundillo despachar pintas de Guiness a tu lado te deja cuanto menos con cara de póker. Recuerdo que Pablo me contó alguna vez que cuando él empezaba se decía que la capacidad de trabajo de una persona se medía en miliWhitneys. Yo iba a pedir agua pero como allá donde fueres haz lo que vieres acompañé a Alan con las Guiness, no se toman birras con un tío como él todos los días. Yo tomé sólo una pinta, pero salí de allí medio pedo, también es verdad que a esas horas sale tropezando cualquiera.

Espero que te vaya muy bien compadre, veremos a ver cómo me apaño a partir de ahora sin traductor ...




 Mi ruta de entrenamiento, no es Avalle, pero tampoco está mal.

martes, 30 de abril de 2013

Hardvard y Fenway Park

Ya estoy aquí otra vez. Para todas esas fanes que me piden "veladamente"  más frecuencia en las entradas, pido disculpas, pero ya me cuesta bastante escribir estas cuatro líneas, no me da la prosa para escribir todos los día. Lo siento, tengo mis limitaciones a la hora de escribir. Aunque no pueda cumplir vuestras espectativas gracias por seguir el blog, se sienta la casa más cerca, son las cosas buenas de las moderneces, aunque algunas uséis el blog para hablar entre vosotras, eso también ayuda a sentirse más cerca.

Los famosos turkeys haciendo uso del mobiliario urbano.


Un bonito día en el Charles River
Ayer tocó visita a Harvard, que está en Cambridge, parece de coña eh? Con lo de la semana pasada supongo que todos lo ubicáis. Campana a las 7h30, que broma es esta, no era fin de semana? Al menos entra un sol de espanto por la ventana, ya está aquí la primavera. Bajo a desayunar al buffet del hotel, ya debería estar Sergio allí. Va a ser que no así que me pongo a devorar fritanga. A todo esto el mejicano sin aparecer y a las 8h se va el bus que nos lleva a la estación de tren. Subo a la habitación y le llamo por teléfono  ring ring... ¿Qué onda? jejej ahí está el tío  A las 8h10 se va el bus así que date vida. A las 8 y cuarto ya no había bus, ya me parecía a mi que hoy pillábamos taxi. Tren a Boston y de allí coger el metro ("T" le llaman aquí, debe ser bastante famoso) hasta Harvard. El campus está en el medio del pueblo, es bonito y amplio, pero tampoco le daba ningún premio. Mucho césped y edificios de estilo británico, ya sabéis que Harvard está considerada por mucha gente como una de las mejores universidades del mundo, sino la  mejor. Supongo que sobre eso habría mucho que hablar, pero no estamos aquí para eso. Lo que si debe ser verdad absoluta es que estudiar aquí cuesta un ojo de la cara y parte del otro. . Forma parte de la Ivy League, que en español se traduce como la Liga de la Hiedra, que conforman 8 universidades privadas del noreste de eeuu, todas ellas conocidas por excelencia académica, antigüedad y elitismo. Lo que si me llamó la atención es lo de la antigüedad  Harvard, que es la más antigua de todo eeuu fue fundada en 1636, apenas 16 años después de que llegaran a Plysmouth los primeros colonos ingleses en el famoso Mayflower. O sea que llegaron y en vez de conquistar y saquear el territorio se pusieron a estudiar. Que jodios estos ingleses.  La biblioteca sí que llama la atención, de estilo neoclásico, recuerda al Partenón. El caso es que veíamos mucha gente y mucho movimiento, el día era bueno pero no justificaba tanto mogollón así que fuimos a buscar el meollo.
Estos trastos son vehículos anfibio de origen militar que ahora pasean turistas entre el río y las avenidas de Boston. 

Harvard Library, ahí lo que apetece es estudiar.

Resulta que Harvard celebraba el festival de artes finas (música, pintura, poesía .... no me preguntéis que entienden por arte grueso), así que nos apuntamos, como los jubilaos. Conciertos gratis y calimocho (esto último me lo inventé, pero a cambio nos dieron una camiseta). Nos quedamos al concierto de la orquesta de la uni, que como curiosidad no tiene director. Lo hicieron genial, así que reforcé mi idea acerca de la dudosa utilidad del braceo del director. Hubo también una actuación (performance se dice ahora) para recibir a la orquesta muy de estilo americano, como en las películas. Después fuimos a visitar el museo de ciencias naturales de Harvard (vais a llamarme friki porque voy mucho al museo pero ya llegará el momento de playa) que también estaba muy bien, es visita obligada. Tienen un bicho de cada parte del mundo disecado, pero a parte de eso los paneles explicativos están muy interesantes. Tenían el esqueleto de una ballena, pero eso no me sorprendió porque ya había visto una en el museo marítimo de Santander de pequeño en una excursión del colegio. Lo que sí me llamó la

Este tío me suena pero no caigo, seguro que alguno sabéis quien es.
atención fueron los huesos de dinosaurio, que lo petan bastante más que las huellas de Tereñes la verdad. Entre murciélagos y escarabajos nos dió la hora de comer. Sergio había quedado a comer con un compañero de su uni que hace su doctorado en Harvard, Vicente se llama, un chaval majete. Nos llevó a un tailandés no muy lejos del campus. No estaba nada mal, bastante acogedor aunque por debajo del nivel de la acera, que siempre me dió cosica. Lo que yo comí creo recordar que se llamaba Phan Thai o algo así, pasta de arroz en forma de tallarín, con gambas y pollo a la plancha y especias. Mi estomago agradeció que no fuese picante, ya está al borde de la saturación. A estos mejicanos les gusta mucho la comida oriental, yo discrepo pero salir un tiempo del chorizo con patatas no me vendrá mal. Calculadora para la propina (no incluyen el servicio en nigún restaurante y hay que dejar propina) y arrancando, aún nos quedaba medio museo para ver antes de las 17h. Aún nos dió tiempo para pillar unos vasos de té helado con bolas de tapioca (no sabía que es la harina de la yuca, la yuca es un fruto tropical que se caracteriza por parecerse a una rama de un árbol, aunque supongo que todos lo sabéis , que me resultó curioso, aunque tuve que dosificarlas, demasiado exótico para mi.
Harvard Natural History Museum
Con la llama que llama

Baseball infantil. A las 9 de la mañana los parques de la ciudad tienen una actividad frenética.

Ya en el museo me fuí a ver la sección de antropología, a ver si encontraba algún indio mohicano que es una de las razones por las que estoy aquí. Mucho maya y mucho habitante del pacífico hasta que encontré a Toro Sentado. Me emocione tanto que tuvo que venir el guardia de seguridad a sacarme porque eran ya las cinco y media y me habían encerrado dentro.
Longfellow Bridge sobre el río Charles, también conocido como Salt&Pepper Bridge por la forma de las torres

Para completar el día, y como Sergio se irá en breve, fuimos al béisbol  Lo del béisbol aquí es una especie de religión, todos son fanes de los Red Sox (Calcetines Rojos, el equipo de Boston) y van al partido los sábados por la tarde en manada, pero luego nadie atiende al campo porque es un juego lentísimo y muy largo. Tardan un siglo en darle a la pelota, es increíble. A lo que voy, cogimos el metro y la línea verde hasta Fenway Park, el famoso estadio de los Red Sox, el más antiguo de las Grandes Ligas. Seguimos la riada de sudaderas rojas hasta el estadio. Ya olía a ambientazo de partido, reventa, programa del día y gaitas, yo como en casa xD. Pillamos las entradas más baratas porque no nos íbamos a enterar de nada igualmente, veníamos a animar, así que nos dieron unas entradas en el quinto pino. Aún así yo tenía la esperanza de que una bola de home-run me diera en la cabeza y me pudiera llevar un recuerdo a España, pero no hubo suerte. De todas maneras mereció la pena, había un gran ambiente, hicimos olas y todo el copón, los bostonianos son medio irlandeses y cuando les das una cerveza les sale el espíritu de sus ancestros. Y eso que lo que es el deporte en sí es más bien aburrido, demasiado lento, batean una bola de cada diez. A las tres horas de partido tuvimos que abandanor la función porque no cogíamos el último tren de vuelta a Lowell. Lo pasamos bien, intentaré ir también al baloncesto y al hockey.
Fenway Park, en realidad no estabamos aquí, esta foto la sacamos al irnos...

... estábamos aquí

Hinchas de los Red Sox

Por cierto, la solución al enigma de la boca de incendios la resolvió temprano la experta en fuegos. Le ponen esa varilla para poder localizarla cuando hay nieve acumulada en la cuneta. Lo que no sé es porque quieren localizar una boca de agua en medio de una nevada, a eso ya no llego. Un abrazo transatlántico.